viernes, 26 de agosto de 2011

Jaled

Jaled

Abro los ojos después de haberme quedado dormido en la motocicleta, siento a Logan detrás mío, estoy sentado en un sillón con la misma ropa de hace tres días cuando todo esto comenzó. Delante de mi esta una mujer vestida de blanco, muy bonita por cierto, quiero hablarle pero mi voz no termina de salir, aun estoy muy cansado por el viaje y lo sucedido. Escucho que me dice que su nombre es Emma Frost, pero no llego a ver como mueve los labios, asumo que es porque estoy muy cansado y tengo la vista aun borrosa, nada más lejos de la verdad, me doy cuenta cuando comienza a explicarme que estoy en el instituto Xavier para niños superdotados, ella no está hablando, directamente se está comunicando telepáticamente conmigo, me dice que quiere ver cuáles son mis poderes, que es lo que paso conmigo, que no me va a pasar nada malo… Y ahí es cuando se desata el caos en mi mente…

Mis ojos ven, pero no entiendo las imágenes, mis oídos escuchan todo, pero solo hay silencio, lo único en lo que pienso es en que no quiero que vea… No quiero que vea cuando a mis cinco años mi padre tuvo un accidente en la fábrica que trabajaba, supuestamente culpa de un mutante, que a partir de ese día no fue el mismo, tenía un pedazo de metal fijo en su rostro, agarrando los pedazos de hueso que quedaban de su cráneo, al poco tiempo mi madre murió, nunca entendí porque o como sucedió, simplemente mi padre me dijo que no la buscara, que estaba muerta, tenía cinco años, no entendía y aun sigo sin entender que sucedió, nunca más la vi, no podía mencionar su nombre tampoco, las fotos de ella desaparecieron de la casa, no recuerdo su rostro, su voz o su aroma. Al año llego una nueva mujer, mi madrastra, Anabel a quien no odie en su momento, pero tampoco la quise en demasía, mi padre la golpeo a los pocos meses de instalarse en la casa, la escena comenzó a hacerse más frecuente cuando yo tenía casi siete años, el aliento a alcohol de mi padre lo tengo impregnado en la nariz desde esos días, cada vez que huelo alcohol me corre un escalofrió por la espalda, ese olor significaba que también me iba a golpear a mi… Hubo semanas en las que no me presente al colegio, “por enfermedad”, la realidad es que no me podía sentar derecho por los moretones y lastimaduras que tenia gracias al cinto de cuero... Deje de nadar, era mi deporte favorito, no podía sacarme la remera si no quería que nadie viera mi espalda… Tampoco quiero que Emma escuche los llantos de mi madrastra en la noche cuando mi padre no volvía, no sabía como consolarla yo ya no sabía lo que era llorar, simplemente lo soportaba en silencio, al igual que soportaba que mis compañeros de clase dijeran que mi padre era un monstruo, que tenía la cara desfigurada como una pesadilla. Cada tanto terminaba peleando con alguno de ellos por defender a mi padre, como si realmente lo mereciera…

Emma le grito a Logan que me agarrara, mi cuerpo estaba en el aire tirando descargas hacia todos lados, por supuesto que yo no era consciente de ello, tampoco era consciente que estaba absorbiendo la energía del cableado de la mansión para aumentar las descargas. Logan paso atreves mío como si no estuviera, cayó al piso atontado por la electricidad…

Pasaron los años, a los diez comencé a preguntarme si realmente había sido culpa de un mutante o el alcohólico apestoso que estaba tirado en el sillón solamente quería culpar a alguien. Mi madrastra me regalo una psp para mi decimo cumpleaños, el primer regalo en años, el único que realmente recuerdo como un momento feliz, me pidió que no le dijera a mi padre y que la mantuviera lejos de el, a los días encontró el recibo en uno de los cajones de Anabel, la golpeo casi hasta matarla porque no tenía derecho a gastar el dinero que el traía y que “con tanto esfuerzo se ganaba” se que se llevo los golpes que hubieran sido para mí, habían dicho que me expulsarían del colegio si seguía faltando y eso era lo único que lo detenía a el de seguirme golpeando, no entiendo porque, no lo había detenido antes, escondí la psp de él siempre, nunca la vio, fue mi escape de la realidad que no soportaba... Aun no iba a hacer deportes por miedo a los vestuarios, seguía con las peleas por los comentarios hacia mi padre, fuera del colegio, a veces volvía sangrando a mi casa por ellas, mi padre simplemente me decía que me lo tenía merecido por buscar problemas con quien no debía, y que le hacía más fácil educarme… como si eso hubiera ocurrido alguna vez, jamás supo que las peleas eran porque lo insultaban a él, Anabel desapareció una noche cuando tenía doce años, no me atreví a preguntar por qué, solo espero que este bien, no se merecía todo ello, me sentía ligeramente culpable de no haberle demostrado más cariño… A los trece comencé la secundaria, al inicio de este año, por primera vez hice amigos, también me tope con los matones del curso, a quienes no se les ocurrió mejor idea que tomarme de punto, pasaron los días, me mantuve en silencio, controlado, no respondía a las agresiones, quería empezar de nuevo, olvidarme de las peleas, escaparme de mi casa en el colegio… No pude… Al tiempo algo dentro de mí se rompió, fue hace tres días eso, explote, no pude mas, eran cuatro, no me importo, comencé a golpearlos, mis amigos llegaron justo en el momento menos indicado, estaba cegado, no sabía lo que hacía, al primero lo golpee casi hasta matarlo, al segundo y el tercero les produje quemaduras de tercer grado, al cuarto directamente casi lo mate electrocutándolo… Para cuando me di cuenta de lo que sucedía ya era demasiado tarde, mis amigos estaban aterrados, pude leerlo en sus labios, aunque sus palabras no salieran “monstruo”, “fenómeno”. Me fui corriendo hasta mi casa, llorando, después de tantos años algo logro, moverme que ironía, cuando llegue a mi casa golpee la puerta desesperado, no tenía las llaves, quedaron en la escuela junto con todas mis cosas… Mi padre abrió la puerta, los ojos inyectados en sangre, las venas completamente marcadas, tenia una pistola en la mano, habían llamado del colegio y le habían dicho de la situación, esto es lo que menos quiero que vea Emma, es lo que ruego que no llegue a ver, ni oír… “Mi propio hijo, un mutante? Sos un fracaso, en todo!, no vales la plata que puse en vos! Voy a ser el hazme reír del movimiento! Te mato acá y ahora sos…” esa palabra no, esa palabra por favor no… “UN MONSTRUO!” veo la pistola apuntar a mi cabeza y solo deseo desaparecer, siempre lo defendí, siempre después de todo lo que hizo estuve de su lado, y ahora me apuntaba un arma a la cabeza, pertenecía a uno de los grupos anti-mutantes, por esa razón se ausentaba algunas noches. No recuerdo como, me hice energía, me metí en uno de los cables y termine en medio del bosque, solo, llorando. Pase la noche a la intemperie, lo único que tenía era mi ropa, y la psp… No sé si Emma llego a ver algo de todo ello, ruego que no, no quiero que nadie lo vea, no quiero que nadie lo sepa…


Emma me dice que me va a dormir, que no va a pasar nada, no la escucho, no respondo, solamente mi cuerpo sigue tirando rayos hacia todos lados, todo se vuelve negro y calmo, mi cuerpo cae en los brazos de Logan que ya se había incorporado, hablan fuerte, no discuten, la situación los tomo por sorpresa.

En mi mente los hechos seguían su curso, casi al amanecer veo a este sujeto de pelo negro y aspecto de pocos amigos, le digo que se aleje, que no se acerque a mí, que lo iba a lastimar, estaba asustado, no entendía lo que me decía, no había dormido en toda la noche, solo quería calmarme, yo reaccione de la peor forma por miedo, descargue un rayo sobre él, cayó al piso, se volvió a incorporar, y eso me asusto mas, lo hice una vez más con el mismo resultado y una tercera, en ese momento me grito que parara de una condenada vez, que dolía como el infierno y que no iba a conseguir nada con ello, que era un mutante como yo y quería llevarme a un lugar para chicos con poderes, algo en ello me tranquilizo, no sé bien que. Me puso una mano en el hombro y me sacudió un poco, me pidió disculpas por gritarme pero no se le había ocurrido otra cosa, me pregunto si eso era todo lo que tenia encima, si quería que pasáramos por mi casa para agarrar algunas cosas, mi respuesta fue que ya no tenía casa, solo me miro en silencio y me llevo hasta su moto. En algún momento del viaje me quede dormido, el cansancio pudo mas conmigo, eso fue lo último que recordaba hasta que la vi a Emma…

Abro los ojos nuevamente Emma esta a mi lado, vuelvo a escuchar su voz, pero esta vez me habla, me dice que estoy en la enfermería, que todo está bien, me pide disculpas por haber tratado de leer mi mente sin mi permiso, yo solo asiento, me dice que descanse, que cuando me recupere hablaremos bien, sale de la habitación y me deja a solas, me quedo un rato despierto miro a mi alrededor, jamás vi un lugar tan bien cuidado. Sobre una silla esta mi ropa limpia y a mi lado en la mesita de luz, esta mi psp, el único recuerdo feliz de mi infancia, quizás el único que quiera atesorar…

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